Pongamos por caso que estás tan harto o harta de hacer entrevistas que has decidido tomarte un descanso para reponer fuerzas. Pongamos por caso que eres una persona a la que le agobia estar por casa sin hacer nada. Y a todo eso, añádele que siempre te has sentido comprometido con ciertas causas. Entonces, es el momento de hacer algo por ellas. No te puedes imaginar lo que ayudarás a otros, pero, sobre todo, lo que te ayudarás a ti mismo. Y de paso, te servirá de aprendizaje y te dará puntos en el currículum.
Una vez tomada la decisión, lo primero es no caer en el error de pensar que sólo se puede ayudar en el Tercer Mundo. De hecho, cada día queda más patente que en muchos casos, los voluntarios que llegan a esos lugares tienen una preparación deficiente y acaban siendo un estorbo para los nativos. Si lo tuyo es ayudar, lo puedes hacer al lado de casa. Seguro que muy cerca de ti tienes alguna oficina de la Cruz Roja por poner un ejemplo, así como otros proyectos en los que tu ayuda será muy bien recibida: comedores sociales, de apoyo a personas con Síndrome de Down, en un refugio de animales... Una web que agrupa un poco todo esto –desde el trabajo social dentro del país hasta la salida al extranjero– es voluntariado.net
Si eres médico, enfermero o ingeniero se amplían las posibilidades. Casi todos estos grupos de profesionales cuentan con alguna ONG específica. Yo incluyo la de Médicos Sin Fronteras porque, con el tiempo, ha demostrado ser una de las más honestas dentro de las organizaciones no gubernamentales.
Incluso los que no quieren o no pueden moverse de casa tienen su oportunidad gracias a lo que se llama "voluntariado virtual". Hay ONGs que necesitan que alguien les diseñe una página web, organizadores de conciertos solidarios que buscan promotores en las redes sociales... Todo eso lo encontrarás en la organización Haces falta.
