Todos sabemos lo frustrantes que pueden ser las entrevistas de trabajo. Llegamos a casa hechos polvo y nos pasamos los días controlando el teléfono. Por eso vale la pena que de vez en cuando nos las tomemos a risa y nos relajemos un poco. Yo he tenido algunas de lo más surrealistas, igual que mis amigos, y cuando las recordamos ahora, siempre acabamos de buen humor. Espero que tú también y, si de paso, te sirve de ayuda la información de este blog, mucho mejor.

sábado, 15 de enero de 2011

Entrevistador con urticaria

Naturalitat
CC imagen de Amalfitano en Flickr

Muchas veces he tenido ganas de salir corriendo de una entrevista de trabajo, pero la que se lleva el premio es la que me hicieron en una editorial. El entrevistador, después de darme la mano, empezó a rascarse la cabeza, después el cuello, el brazo, la pierna... ¡Parecía que no podía parar! Lo más probable es que fuera a causa del estrés, pero si os digo que la editorial estaba especializada en libros de animales, seguro que empezáis a sospechar. Yo no veía el momento de irme, sobre todo cuando me dijo el salario, pero no sé por qué razón, aquel hombre me daba pena. Resumiendo, que aguanté hasta el final y me lavé las manos en cuanto salí de allí.

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