Parece imposible, pero los entrevistadores cada año se superan a sí mismos a la hora de elegir las herramientas de sus entrevistas. Bueno, en realidad ellos no son más que unos mandaos siguiendo las directrices del iluminado de turno. Porque ahora lo que se lleva es que al empezar la distendida conversación, el entrevistador te entregue un aparato con el juego del Tetris y la intrucción expresa de que te dediques a colocar las piezas mientras el te va lanzando las preguntas. Ignoro si el juego es siempre el mismo o existen variaciones, pero puedo dar fe de que esto le ocurrió a una conocida que se presentaba para un puesto de controller. Al principio, intentó seguir el juego y responder a las preguntas al mismo tiempo, pero enseguida se percató de que era una batalla perdida, de modo que fingió seguir jugando mientras la pantalla se le llenaba de espacios para centrar su atención en la entrevista. Más tarde contó su caso en un seminario sobre psicología y el profesor le explicó que se trata de una táctica con la que se pretende anular la parte intelectual del cerebro –la que se mantiene ocupada intentando resolver el juego–, para que sea la parte creativa la que responda a las preguntas. En fin, que hay mucha gente aburrida por el mundo.
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